Examen Resuelto Selectividad


EXAMEN RESUELTO

El alumno elaborará una Composición Filosófica utilizando como pautas para su desarrollo las siguientes indicaciones:
1. Explicación del significado de los términos o expresiones subrayados en el texto elegido.
2. Exposición de la temática del texto elegido y su justificación desde la posición filosófica del autor.
3. Descripción del contexto histórico, cultural y filosófico del texto elegido.
4. Relación del tema del texto elegido con otra posición filosófica y exposición razonada de su visión personal del tema, valorando su actualidad.


OPCIÓN A

Texto 1

Toma ahora una línea dividida en dos partes desiguales; divide nuevamente cada sección según la misma proporción, la del género de lo que se ve y otra la del que se intelige, y tendrás distinta oscuridad y claridad relativas. ¿Estás dispuesto a declarar que la línea ha quedado dividida, en cuanto a su verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable es a lo cognoscible como la copia es a aquello de lo que es copiado?

Platón: República, Libro VI.

Texto 2

La ley, como hemos probado, es algo propio de la razón. Pero la razón del hombre es una sola. Por tanto, el precepto de la ley natural será también único.

Por otra parte, los preceptos de la ley natural en el hombre son en el orden práctico, lo que los primeros principios en el orden especulativo. Pues bien, los primeros principios son múltiples; luego también lo son los preceptos de la ley natural.

Tomás de Aquino: Suma Teológica, I-II ae.


OPCIÓN B

Texto 1

Analizadas estas cuestiones, reflexionaba en general sobre todo lo que se requiere para afirmar que una proposición es verdadera y cierta, pues, dado que acababa de identificar una que cumplía tal condición, pensaba que también debía conocer en qué consiste esta certeza. Y habiéndome percatado que nada hay en pienso, luego soy que me asegure que digo la verdad, a no ser que yo veo muy claramente que para pensar es necesario ser, juzgaba que podía admitir como regla general que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas; no obstante, hay solamente cierta dificultad en identificar correctamente cuáles son aquellas que concebimos distintamente.

Descartes: Discurso del método, IV.

Texto 2


Prescindo aquí de todas aquellas acciones conocidas ya como contrarias al deber, aunque en este o aquel sentido puedan ser útiles; en efecto, en ellas ni siquiera se plantea la cuestión de si pueden suceder por deber, puesto que ocurren en contra de este. También dejar a un lado las acciones que, siendo realmente conformes al deber, no son de aquellas hacia las cuales el hombre siente inclinación inmediatamente; pero, sin embargo, las lleva a cabo porque otra inclinación le empuja a ello. En efecto, en estos casos puede distinguirse muy fácilmente si la acción conforme al deber ha sucedido por deber o por una intención egoísta.

Kant: Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Capítulo 1.


RESPUESTAS:

OPCIÓN A

Texto 1

Toma ahora una línea dividida en dos partes desiguales; divide nuevamente cada sección según la misma proporción, la del género de lo que se ve y otra la del que se intelige, y tendrás distinta oscuridad y claridad relativas. ¿Estás dispuesto a declarar que la línea ha quedado dividida, en cuanto a su verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable es a lo cognoscible como la copia es a aquello de lo que es copiado?
Platón: República, Libro VI.

1. Explicación del significado de los términos o expresiones subrayados en el texto elegido.

En el texto lo opinable se refiere a un tipo de conocimiento que comienza con la suposición y que se expresa en sombras, en los reflejos de las cosas.

Lo cognoscible se refiere al pensamiento, otro tipo de conocimiento que incluye tanto el conocimiento matemático como el de ideas, a través de la dialéctica.

Opinión y pensamiento son dos modos de conocimiento, sensible y racional, que reflejan los dos ámbitos de la realidad, el mundo visible y el inteligible.

2. Exposición de la temática del texto elegido y su justificación desde la posición filosófica del autor.

El texto es un fragmento de la metáfora de la línea, del libro VI de la República, en la que Platón explica los diferentes modos de conocimiento y los objetos o realidades que corresponden a cada uno de ellos.

En la parte superior de la línea de este símil se encuentra un mundo perfecto, auténtico e inteligible; mientras que en la parte inferior está el mundo imperfecto, sensible e inestable, copia del mundo inteligible. Tal como se refleja en el texto, cada una de estas dos mitades podría dividirse a su vez en otras dos, de tal modo que en la parte superior tendríamos las ideas y objetos de la matemática, y en la inferior las imágenes y objetos físicos.

La intención de Platón es la de diferenciar los dos modos de conocer la verdad: los sentidos (opinión) y la razón (intelección). Cada una de estas fuentes del conocimiento tienen un objeto distinto y propio: el objeto de los sentidos es lo particular, lo concreto, lo mudable o inestable; el objeto del entendimiento es lo universal, lo estable, lo eterno, lo permanente. Por los sentidos se llega a la opinión, por la razón se llega a la ciencia. La relación entre estos dos modos de conocer es la que existe también entre los dos ámbitos de la realidad para Platón: las cosas no son más que copias de la realidad; lo que es real es la idea, que da el ser a las cosas. Solo el entendimiento es capaz de captar esa realidad que hay dentro de cada cosa concreta.

Esta supremacía del entendimiento, de la razón, sobre el conocimiento sensible de lo concreto, hay que entenderla en la necesidad que sentía Platón de justificar un conocimiento de lo universal y por tanto de afirmar también la existencia de una realidad universal y perfecta, las ideas, oponiéndose así al relativismo de los sofistas. De este modo Platón continúa la línea emprendida por Sócrates quien, pese a pertenecer al ambiente cultural y filosófico de los sofistas, criticó sus posturas y opiniones.
3. Descripción del contexto histórico, cultural y filosófico del texto elegido.

El texto pertenece al diálogo República, en el que Platón trata temas sobre el gobierno y la organización del Estado, además de referirse a otros aspectos como el conocimiento. Esta obra se incluye en el denominado “período de madurez” en el que formula la teoría de las ideas.

El contexto sociocultural en el que vive Platón (427-347 a. C.) es el de los sofistas y Sócrates. En estos años la filosofía se hace en Atenas. Es la época de la democracia en la que las leyes escritas permiten el acceso al poder a través de la preparación, no de la fuerza. Por este motivo, los filósofos enseñan oratoria, retórica, elocuencia y dialéctica al pueblo (en Atenas los filósofos son extranjeros por lo que no pueden ser políticos). Se produce una democratización del saber: la ciencia y la filosofía se popularizan. El lenguaje se había convertido en un instrumento de manipulación, no reflejaba la realidad.

Los sofistas eran educadores a sueldo, no eran pensadores sistemáticos, tenían un saber enciclopédico y un método deductivo. Su escepticismo y relativismo hay que entenderlos en el contexto del panorama desolador que la diversidad de respuestas y contradicciones de los filósofos presocráticos habían fijado. Para ellos, tanto las instituciones políticas como las ideas morales eran convencionales. Sócrates, maestro de Platón, aunque pertenecía al mismo ambiente cultural y filosófico de los sofistas, combatió sus posturas y opiniones. Compartía con ellos el interés por el hombre y por las cuestiones políticas y morales, pero consideraba que el bien del individuo es el bien de la sociedad, y creía necesario recuperar el diálogo: la palabra no es para manipular, es necesaria para definir los conceptos morales. Para Sócrates, que no era relativista, la verdad tenía un valor universal. Esta necesidad de valores universales es la que se refleja en el texto cuando Platón se refiere a la distinción entre lo opinable y lo cognoscible.

Platón, ateniense y discípulo de Sócrates, perteneció a una familia aristocrática, vivió su infancia y juventud en una ciudad en guerra (Guerras Médicas). La caída de la democracia, que alcanzó su época de esplendor con Pericles, le hizo concebir alguna esperanza de que el régimen instaurado con los Treinta Tiranos supusiera alguna reforma social y política en la polis; sin embargo, el terror que instauraron supuso un rotundo fracaso y la democracia fue reinstaurada. Esta nueva democracia condenó a muerte a Sócrates, y Platón (que siempre manifestó una gran vocación política hasta el punto de intentar llevar a la práctica su modelo ideal de sociedad en Siracusa) dejó de interesarse por la política.

La sociedad griega había sido aristocrática, agrícola y guerrera hasta el siglo viii a. C. Con la colonización apareció un nuevo grupo social, el de los comerciantes, y surgió la posibilidad de crear nuevas ciudades. En esta nueva sociedad los ciudadanos de las polis eran iguales ante la ley; la forma antigua de gobierno era la de una monarquía hereditaria pero en las nuevas ciudades esta se fue sustituyendo por una Constitución propia o por la Constitución democrática de Atenas. En este sentido, existían dos sistemas políticos que reflejaban dos ideologías enfrentadas. Decidir cuál de ellos era el mejor es uno de los problemas que aborda Platón, que criticará tanto la tiranía como la democracia.

La época en la que vive Platón corresponde al período de mayor esplendor de la cultura griega. Atenas es el centro artístico e intelectual. En esta época nacen dos géneros literarios: la tragedia (en la que destacan Esquilo, Sófocles y Eurípides) y la comedia (Aristófanes y Menandro). La tragedia reflejaba las pasiones y los conflictos humanos y aunque los personajes eran dioses y héroes incorporaba una especie de personaje colectivo que representaba el sentir de los ciudadanos: el coro. De este modo la tragedia formaba parte de la ciudad tanto en los temas (tan universales como los problemas que aborda Platón) como en los personajes. La comedia pretendía divertir criticando los vicios y defectos de personajes corrientes, así como situaciones cotidianas.

El arte griego también refleja la concepción platónica de la realidad. Tanto en arquitectura como en escultura se pretende crear un mundo idealizado, racionalmente abstracto. La belleza es entendida como armonía, medida, proporción, pero siempre conforme a unos criterios racionales que desembocan en modelos, arquetipos de la realidad. Es aquí donde se refleja el mundo de las ideas de Platón. La necesidad de idealizar se manifiesta en la arquitectura mediante la creación de tres órdenes (dórico, jónico y corintio) y en templos como el Partenón y el Erecteion. En escultura será Fidias quien refleje de forma más fiel el idealismo platónico al representar a los dioses del Olimpo con la serenidad y majestuosidad propias del mundo de las ideas platónico.

4. Relación del tema del texto elegido con otra posición filosófica y exposición razonada de su
visión personal del tema, valorando su actualidad.

El tema central del texto es la importancia del conocimiento intelectual, racional, en contraposición al conocimiento que proporcionan los sentidos.

Una posición filosófica totalmente opuesta a la platónica, quizá la más radical, es la de Hume, máximo representante del denominado empirismo inglés.

Para Hume, el conocimiento es percepción. La define como todo aquello que puede estar presente en la mente humana, ya sea a través de nuestros sentidos, o que estemos movidos por la pasión, o que ejercitemos nuestros pensamientos y reflexión. Hume pretende señalar los límites dentro de los que se tiene que mover la razón si no se quiere caer en errores. Afirma justo lo contrario que Platón: no es posible la verdad absoluta, pretender esto es caer en la superstición y la imposibilidad científica.

Pero cada pensador es fruto de su tiempo, y por eso hay que entender a Platón en su contexto histórico. El pensamiento platónico tiene como trasfondo la reacción y el enfrentamiento al convencionalismo y el relativismo moral de los sofistas; también, la oposición a una política disgregadora que se considera incapaz de lograr una organización social equilibrada y de establecer una base segura para el conocimiento. Uno de los mayores intereses de Platón será encontrar esa base firme en la que apoyar la reforma que está exigiendo la sociedad, evitando el convencionalismo que algunos de los sofistas supieron denunciar pero no superar.

Hume, máximo representante del empirismo, toma como modelo del conocimiento el de la ciencia moderna, que se caracteriza por su método matemático y experimental. Contextualizándolo, hay que entender que adopta una postura crítica frente al pensamiento escolástico que todavía dominaba las escuelas y universidades europeas de la época. Así hay que entender que Hume tome de Newton el método experimental, basado en la experiencia y en la observación, para aplicarlo al análisis del conocimiento. Hume, como otros empiristas, rechaza el dogmatismo de quienes se empeñaban en hacer un uso inapropiado de la razón para mostrar una seguridad absoluta en el conocimiento, sin tener en cuenta cómo piensan y actúan los seres humanos. La crítica del conocimiento de Hume concluye con una crítica radical de la metafísica, y su filosofía moral, con una defensa de la tolerancia fundamentada en la creencia y la probabilidad frente al dogmatismo.


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